24 ene 2024

2ºBACH T.7. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA 1875-1902

 



  EL DESASTRE DEL 98, ampliadooooooooo!


CRUCIGRAMA

- El Manifiesto de Sandhurst   - Defensa de Alfonso XII por Cánovas
- Constitución de 1876   - Crítica al Caciquismo
- Las Bases de Manresa   - Paz de París 1898

    

  









     

 
Carlos María de Borbón (Carlos VII)     Carlos Javier de Borbón-Parma







      


     
  



         

A. 

B.

C.  
1. ¿Qué consiguió José Martí en su exilio? 
2. ¿De qué fue acusado el general Weyler por EEUU? 
3. ¿Cuál es la causa más probable de la explosión del Maine?
4. Términos de la rendición.



ANÉCDOTAAAAAAAAAAAAAAAAS

LOS AMORES DE ALFONSO XII
El rey Alfonso XII fue un gran aficionado a la ópera y sobre todo a la cantante lírica Elena Armanda Sanz Martínez de Arizala, prima donna del Teatro Real de Madrid, no pasaría a la historia por sus giras y representaciones, sino por los motivos personales que la obligaron a abandonar prematuramente las tablas. Abandonó su carrera y lo dejó todo, por amor al rey. De la relación mantenida tuvieron dos hijos en común, Alfonso y Fernando.

Su primer encuentro fué en Viena, (1872) cuando Alfonso contaba tan solo con 15 años y la cantante, 28 años. Por aquél entonces, Isabel II, estaba exiliada en París tras ser destronada por la Revolución de 1868, ella fue quién le pidió: «Visita a mi hijo, que estudia en el colegio Teresiano». Alfonso quedó extasiado ante la diva. Parece ser, que la soberana empujo a su hijo a los brazos de Elena para evitar que se casara con su prima Mercedes, hija de la Infanta Luisa Fernanda, con cuyo padre, el traidor duque de Montpensier, había hecho un pacto.
De nada le sirvió a la reina pues Elena Sanz se fue de gira por Sudamérica. de donde regresó madre de un varón de padre, éste si, desconocido. Y Alfonso cayó rendido ante su prima Mercedes al conocerla, se casó con ella en 1878 siendo ya rey, pero Mercedes murió seis meses después de la boda y Alfonso XII se sumió en tal desesperación que sus allegados temieron que cometiera una locura.

Su consuelo llegó gracias al estreno de la ópera La Favorita en el madrileño Teatro Real, en la que actuaba Elena Sanz. Cuando subió al palco a cumplimentar al monarca, renació la fascinación de éste. Alfonso XII se convirtió en su fiel seguidor, como atestigua otra de las cartas, donde dice:
«Idolatrada Elena: mucho gusto he tenido en verte todos los días en estas funciones». La reina le alegró que Alfonso recuperara la ilusión. Elena Sanz acabó sucumbiendo al amor del rey, abandonando los escenarios. 
Al año siguiente, en 1879, sobre la pareja planean las primeras sombras. Cánovas, jefe de Gobierno que propició la Restauración, plantea al Rey la urgencia de una nueva boda para dar un heredero. Consciente de sus deberes, Alfonso XII accede a su pesar. «Me casaré si me buscan ustedes novia». La elegida fue María Cristina de Habsburgo, sobrina del emperador de Austria, inteligente, pero poco agraciada. Se casaron en 1880, mientras su romance con Elena Sanz seguía viento en popa. Dos meses después, la cantante dio a luz un niño, al que puso de nombre Alfonso. Aunque nació en París, fue un secreto a voces, del que la prensa se hizo eco.
Mientras tanto, en Madrid,  la reina María Cristina no lograba alumbrar un varón. Tuvo dos niñas seguidas, las infantas Mercedes y Teresa. Alfonso XII, decepcionado, vivía en una encrucijada: por una parte, su amor por Elena y el ansiado varón, que no podía subir al trono. Por otra, su deber como rey. 

Después de tener a Alfonso, la cantante regresó a Madrid, donde en 1881 nació su segundo vástago. Otro varón, Fernando, para desgracia de María Cristina. En plena lactancia del bebé, la reina lanzó un ultimátum: o salía de Madrid la cantante con su innoble prole o ella regresaría a Austria. Elena Sanz tuvo que afincarse en París con sus hijos, sobreviviendo con las 5.000 pesetas mensuales que le mandaba el rey. 

Dicen que la pasión del monarca perdió fuelle con la distancia, ya  que también mantuvo un idilio con una cantante. Sea como fuere, la tuberculosis, acabó con la vida de Alfonso XII  el 25 de noviembre de 1885 con  tan solo 28 años. María Cristina, embarazada del futuro Alfonso XIII, se convirtió en regente y retiró la pensión a Elena Sanz. Para sobrevivir tomó una difícil decisión: en el Acta de París, firmada en 1866, entregó a un representante de la Casa Real 110 documentos, en su mayoría cartas, que acreditaban la paternidad de Alfonso XII. A cambio se garantizó a sus hijos un depósito, que podían retirar en su mayoría de edad, convertidos en 700.000 francos.